Piedras rosas, cálida elegancia
Por si alguien no se había dado cuenta, nos encanta el rosa, y las piedras rosas no son la excepción. Su capacidad de aportar calidez y delicadeza, y de combinar perfectamente con distintos tonos de oro y otras gemas, las convierten en un recurso muy versátil para crear diseños románticos, de belleza delicada y atemporal. Estas son 6 de nuestras piedras rosas preciosas y semi preciosas favoritas.
Cuarzo rosa. Un clásico tanto de la joyería como la bisutería, a esta variedad del cuarzo se le atribuyen numerosas propiedades esotéricas, entre las que se cuentan promover y estimular la paz, el amor, la felicidad, y la fidelidad en las relaciones. Su color suele deberse a trazas de titanio, hierro, o manganesio, y existen variedades raras, como la que contiene agujas microscópicas de rutilo que hacen que presente diasterismo; o la bautizada como cuarzo rosa cristalino, que debe su tono a la presencia de fosfato o aluminio, y presenta fotosensibilidad, pudiendo desvanecerse su color con la exposición a la luz.
Morganita. Una de las piedras rosas más distinguidas, la morganita pertenece a la familia del berilo (esmeralda, aguamarina, goshenita) y debe su color a la presencia de iones de Mn2+. Fue bautizada en honor al empresario J. P. Morgan, un ávido coleccionista de joyas y filántropo, que financió numerosas expediciones de descubrimiento de nuevas gemas. Presenta tonos que van desde rosados muy ligeros, casi transparentes, hasta un rosa claro con notas amarillas.
Ópalo rosa. La variedad rosa de esta sílice amorfa, no suele presentar el juego de color tan característico del ópalo, ofreciendo en vez un color sólido, que en ocasiones recuerda al coral piel de ángel. También encontramos variedades donde el color muestra interesantes variaciones y profundidad, interactuando con la luz de forma fascinante. Debido a sus peculiares características se suele usar tallada en formas escultóricas o en cabuchón, y como todos los ópalos se trata de una piedra muy delicada, a la que hay que proteger con especial cuidado de los golpes.
Rodocrosita. Este carbonato de manganeso (II), también llamado ‘Rosa del Inca’ no tiene un uso extendido en joyería, sirviendo, en su forma cristalizada, principalmente para la elaboración de esculturas, objetos decorativos, y artesanías; sobre todo en Argentina, donde es considerada ‘piedra nacional’. Sin embargo su intenso color rosa, y exquisitas formaciones cristalinas internas, le confieren grandes posibilidades de uso dentro de la joyería, tal como ha demostrado la genial diseñadora Lydia Courteille en su colección más reciente, bautizada como ‘Rosa del Inca’ y dedicada a las formas y color de la Rodocrosita.
Turmalina rosa. Esta variedad de turmalina debe su color a la presencia de trazas de manganeso en su estructura. Como las demás variedades de su familia ofrece un color intenso y profundo, un alto grado de brillo, y una elevada tendencia a presentar inclusiones. Posee tonos de rosas cercanos al rojo, muy profundos, y que en ocasiones incluyen dos o más variantes de color dentro del mismo cristal, características que hacen de ella una excelente opción para solitarios, o piedras centrales.
Zafiro rosa. Su color proviene de la presencia de cromo en su estructura, y dependiendo de la cantidad de este elemento su tono será más o menos intenso (de hecho concentraciones muy altas dan como resultado el rubí). En general los rosas que muestra el zafiro son profundos, y muchas veces tiene un tono morado que se debe a trazas de titanio en su estructura. A pesar de que históricamente se considera una gema muy rara, desde el descubrimiento de nuevos depósitos en Madagascar a finales de los ’90, su aparición es algo más frecuente.